venres, 27 de febreiro de 2015

Cuanto más pequeña la persona, más grande la lección!

A los 6 años me regalaron "El principito" de Antonine de Saint-Exupéry y al leerlo no le di importancia a todas las verdades que me contaba. A los 27 años lo volví a releer y comprendí que necesité ser mayor para comprender el libro que estaba dedicado al niño que tenemos dentro de nuestro corazón.


Dedicatoria de Antoine de Saint-Exupéry - EL PRINCIPITO 
Pido perdón a los niños por haber dedicado este libro a una persona mayor. Tengo una seria excusa: esta persona mayor es el mejor amigo que tengo en el mundo. Tengo otra excusa: esta persona mayor es capaz de entenderlo todo, hasta los libros para niños. Tengo una tercera excusa: esta persona mayor vive en Francia, donde pasa hambre y frío. Verdaderamente necesita consuelo. Si todas esas excusas no bastasen, bien puedo dedicar este libro al niño que una vez fue esta persona mayor. Todos los mayores han sido primero niños. (Pero pocos lo recuerdan).  

Hoy he vuelvo a recordar ese sentimiento al ver este video:









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